A fin de optimizar el proceso, Emily Hanhauser, ingeniera mec谩nica del Instituto Tecnol贸gico de Massachusetts, y sus colaboradores han desarrollado un sencillo dispositivo para tomar muestras que se puede fabricar por menos de dos euros. El sistema consiste en un mango de pl谩stico unido a una especie de h茅lice hecha de malla de pol铆mero, en cuyas palas hay compartimentos con microesferas de una resina capaz de absorber los iones de los metales pesados. El dispositivo se agita en el agua y luego se seca con un pa帽o o al aire. Al sumergir las palas en una soluci贸n 谩cida, se liberan los iones absorbidos y puede medirse su concentraci贸n.
A diferencia de las muestras de agua contaminada, que se consideran peligrosas, el nuevo dispositivo puede enviarse por correo a los centros de an谩lisis sin correr ning煤n riesgo. Y sus inventores aseguran que es capaz de arrojar resultados tras dos a帽os de almacenamiento. En los experimentos, el instrumento reflej贸 con precisi贸n las cantidades de cobre, n铆quel, plomo y cadmio a帽adidas a diversas muestras de agua, seg煤n refirieron los investigadores el pasado marzo en la revista Environmental Science and Technology.
Lo ideal ser铆a poder realizar un an谩lisis detallado de la calidad del agua cerca de la fuente, para no tener que enviar las muestras, se帽ala Hanhauser. Sin embargo, las herramientas dise帽adas para ese prop贸sito no logran cuantificar niveles suficientemente peque帽os de contaminantes y sus resultados a menudo presentan grandes variaciones, asegura la investigadora. El instrumento desarrollado por su grupo podr铆a brindar a las comunidades m谩s apartadas y a los propietarios de pozos -que en Estados Unidos son los responsables de controlar la calidad de su agua- una alternativa viable para no tener que transportar vol煤menes considerables de muestras l铆quidas a grandes distancias. Un modelo m谩s avanzado del dispositivo tambi茅n podr铆a medir grandes aglomeraciones de metales contaminantes, a帽aden los autores.
‘Creo que podr铆a ser una buena herramienta de diagn贸stico, debido a su reducido coste, buenas cifras de recuperaci贸n de metales y superioridad sobre las pruebas de presencia/ausencia’, valora Siddhartha Roy, ingeniero ambiental del Instituto Polit茅cnico de Virginia, que estudia la tristemente famosa agua potable de Flint, en M铆chigan (origen de una crisis de salud p煤blica que se remonta a 2014), y que no particip贸 en el nuevo estudio.
‘Puedo imaginarme una versi贸n mejorada del dispositivo que sirva para detectar metales concretos tras un vertido.’ Rachel Crowell
Fuente: MELANIE GONICK, INSTITUTO DE TECNOLOG脥A DE MASSACHUSETTS
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